La Asociación Valenciana para la Ayuda de la Familia en Crisis, es una entidad sin ánimo de lucro, aconfesional y apolítica.
Se encuentra inscrita en el Registro de Asociaciones de la Generalitat Valenciana, con el número CV-01-036126-V, de la Sección Primera; en el Registro de los Titulares de Actividades de Acción Social y de Registro y Autorización de Funcionamiento de los Servicios y Centros de Acción Social en la Comunidad Valenciana, con el número 2311, de la Sección A y tramitando la inscripción en el Registro de Mediadores Familiares.
Para el cumplimiento de sus objetivos, funciona con absoluta independencia de la Administración Pública, de cualquier organización médica, estatal o paraestatal, si bien, podrá prestar o solicitar colaboración de aquellos organismos o entidades que pudieran aportar cualquier beneficio al colectivo que integra esta asociación.
Su objetivo primordial es disminuir las consecuencias traumáticas que las situaciones de ruptura de parejas y cambios familiares pueden generar en los miembros de la familia, evitando que ninguna de las partes se sienta marginada o desplazada, anteponiendo, siempre en todo caso, el interés y bienestar de los menores.
La sociedad actual está inserta en un marco de relaciones en el que los valores de igualdad, solidaridad, respeto a las diferencias, y no discriminación no son suficientemente fomentados y valorados, incluso se tiende a proyectar que estos valores pueden frenar el desarrollo y progreso económico.
Así pues, se fomenta el individualismo (“Mi verdad es mi verdad, los demás tienen que respetarla”), la competencia social (“Al que no es útil no se le tiene en cuenta”), y el consumismo (“Vales por lo que tienes, no por lo que eres”), como pilares de una sociedad moderna.
La FAMILIA, como núcleo básico de la sociedad también está inserta en este marco, y los conflictos que en la misma surgen suelen ser un reflejo de la sociedad existente.
Por otra parte, se ha producido una desinstitulización de la familia, se asiste a un debilitamiento como institución social unívoca, así las parejas se unen cada vez más tarde, retrasando por consiguiente la edad en que las mujeres son madres; hay una tendencia a las convivencias prematrimoniales e incremento de los nacimientos extramatrimoniales; los miembros de la familia adquieren una mayor autonomía y un mayor margen de libertad personal, aparecen nuevas unidades de convivencia que pueden ser llamadas familia, con toda propiedad y con la legitimidad que les da el consenso social y las leyes:
Para este tiempo de cambios en las estructuras familiares y en las relaciones entre sus componentes, consideramos que deben arbitrarse las medidas y servicios que aminoren la conflictividad de la ruptura y faciliten la comunicación entre las partes, debe propiciarse un modelo igualitario en el que hombres y mujeres, colaboren y participen activamente en la educación y desarrollo de sus hijos/as, previniendo los derechos de los mismos. Así pues, es fundamental que el proceso sea negociado, consensuado y aceptado por todas las partes, es necesario, utilizar el diálogo y negociación como método de resolver las diversas situaciones de conflicto que a diario se plantean.